Todos los residuos que se generan a nivel doméstico como industrial pueden ser residuos peligrosos o residuos no peligrosos. Por eso, diferenciarlos y llevar una correcta gestión de residuos de los mismos es de vital importancia.
Clasificación de los residuos no peligrosos
Los residuos no peligrosos serían aquellos que no presentan unas determinadas características de peligrosidad y que, por tanto, no puedan provocar graves daños a la salud o al medio ambiente como son:
- Residuos urbanos o municipales, que son aquellos que se generan en las casas, oficinas, comercios y servicios.
- Residuos inertes, aquellos que no experimenten transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas; es decir, que no son solubles ni combustibles ni reaccionan física o químicamente. Tampoco dan lugar a contaminación de aguas ni suelos, ni pueden perjudicar la salud. Para la clasificación de estos residuos deberá tomarse en cuenta el contenido de contaminantes de los residuos y la ecotoxicidad que deberán ser insignificantes, en particular no deberán suponer un riesgo para la calidad de las aguas superficiales y/o subterráneas.
- Residuos de construcción y demolición, que son todos aquellos desechos que se generen en una obra de construcción o demolición.
- Residuos no peligrosos valorizables, aquellos materiales que suelen entregarse a gestores para su reciclaje, como por ejemplo cartón, plástico, papel de embalaje, chatarra, etc.
Beneficios de una buena gestión de residuos no peligrosos
La mayoría de estos residuos no peligrosos pueden reciclarse, por lo que gestionarlos bien se traduce en beneficios económicos de reutilización de los materiales, así como en una mejora significativa para el medio ambiente.
Además, se fomenta el desarrollo sostenible al hacer un consumo racional de los recursos y se controlan y evitan posibles riesgos sobre la salud de quienes estén en contacto con estos residuos.
¿Cómo se lleva a cabo la gestión de residuos no peligrosos?
Para llevar la gestión de residuos no peligrosos existen distintos métodos que pueden ser utilizados en función a las necesidades de la empresa, estos son algunos de los métodos usados para su gestión.
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Contenedores de residuos
Desde contenedores de 5 metros cúbicos hasta los más grandes con capacidad de 40 metros cúbicos, este tipo de contenedores están destinados a convertirse en un depósito de residuos seguro y de gran capacidad. Se colocan en las instalaciones del cliente, que los utilizará llenándolos con el residuo producido. Una vez lleno, se cambia por otro vacío.
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Compactadores de residuos
Cuando una industria genera muchos residuos los contenedores pueden resultar insuficientes.
En este caso se emplean compactadores: máquinas que además de depositar los residuos los aplastan y los prensan para reducir su volumen y, de este modo, transportar más cantidad de residuo por viaje, que se llega a transportar hasta nueve veces el peso del residuo que cabía en el contenedor.
Los residuos más habituales para los compactadores son papel y cartón, plásticos, maderas y basura mezclada.
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Maquinaria para residuos
Usar prensas para residuos o roto-compactadoras automáticas pueden suponer grandes mejoras y ahorros para las empresas, ya que, colocadas en el mismo lugar donde se genera el residuo, se evitan desplazamientos de operarios y mejora el coste de transporte.
Expertos en gestión de residuos no peligrosos
Como empresa gestora de residuos, en GRECO somos conscientes de la importancia de esta labor y te ofrecemos una solución integral en la recolección de residuos no peligrosos para la industria, si deseas cotizar este servicio escríbenos a Whatsapp
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